Historia

Cómo empezó todo

A voz de pronto, no es fácil asumir la pérdida de un ser querido, mucho menos, cuando se va siendo tan joven.

Conocí a Marco desde mis inicios como estudiante de veterinaria. Él estaba terminando la carrera y formaba parte del grupo que tenía claro que se desarrollaría profesionalmente siendo veterinario clínico de vacuno. Lo recuerdo bien. No era de esas personas que te miraba por encima del hombro por estar finalizando la carrera. Transmitía cercanía y yo le consideraba como uno de mis hermanos mayores en la Facultad de Veterinaria.

Tras licenciarse, comenzó su carrera profesional como veterinario clínico de vacuno en la isla de Gran Canaria. Para mejorar su formación realizó estancias de especialización en península, se apuntaba a cuantos cursos y jornadas de vacuno surgían, y, por supuesto, nunca faltaba a la cita anual de Anembe, donde Marco forjó grandes amistades.

La Facultad de Veterinaria de la U.L.P.G.C. contaba con una corta historia cuando Marco Suárez Marín se licenció. De hecho, él no pudo disfrutar las actuales instalaciones de nuestra Facultad como alumno.

Marco, junto a otros compañeros de medicina de rumiantes como Alejandro Rodríguez o Juan Manuel Arencibia, fueron pioneros en ofrecerse voluntarios para llevar al alumnado de prácticas de campo.

Inicio de las Jornadas de Medicina de Rumiantes

Unos cuantos años más tarde, yo también finalizaría la licenciatura con la esperanza de desarrollarme profesionalmente como veterinaria de campo. Pero a mí las vacas no me llamaban tanto la atención, prefería los pequeños rumiantes. Lo que no me esperaba es que en mi primer trabajo como campañista una de mis alegrías en el campo sería coincidir con Marco en las explotaciones ganaderas. Es un lujo cuando sales a trabajar y coincides con un compi que está ahí para ayudarte si hace falta. Y más empezando. Aunque, la verdad sea dicha, cuando más coincidíamos era al ir yo a tomar muestras de EEB. Nunca imaginé que a la entomofauna que compone las cuadrillas de la muerte en vacuno hay que añadirle tres seres vivos más, y, todos humanos y veterinarios: la veterinaria o veterinario que sacrifica al vacuno en cuestión, la veterinaria o veterinario que va a tomar la muestra para el diagnóstico de EEB, y, la veterinaria o veterinario del Agroseguro.Marco, dando muestra de su buen hacer, avisaba cada sacrificio que debía realizar, coordinándose normalmente con el equipo de veterinarios de toma de muestras de EEB y del Agroseguro. Nuestras coincidencias en el campo hicieron que no perdiéramos el contacto haciéndonos grandes amigos con el paso de los años.

Una de sus inquietudes fundamentales era la mejora de la formación en materia de medicina de rumiantes en nuestra Facultad. Primero, como profesor voluntario de prácticas externas de clínica de vacuno. Más adelante como veterinario clínico de rumiantes del Hospital Veterinario de la Facultad. En su última etapa en la Facultad de Veterinaria, cuando era profesor asociado de medicina de rumiantes, decidió echar a rodar la primera edición de las Jornadas. Una de sus máximas era que la formación complementaria fuera gratuita para que estuviera al alcance de todas y todos. Para ello recurrió a sus referentes en veterinaria de vacuno de toda España para que contribuyeran de manera altruista participando en las jornadas. Le recuerdo eufórico organizando junto a su equipo de alumnos y alumnas de la Facultad. Las dos ediciones que sacó adelante colmaron sus expectativas y su idea era que las jornadas se consolidaran como referencia en la formación complementaria de vacuno en las Islas Canarias.

Recuperación de las Jornadas de Medicina de Rumiantes

Tras el fallecimiento repentino de Marco, acudían a mi mente constantemente recuerdos de los "parlamentos" que muchas veces celebrábamos Marco y yo repasando no sólo cómo evolucionaba nuestra Facultad, sino también los veterinarios y veterinarias rurales en las Islas Canarias. Fui consciente de que su legado seguía en todas y todos los que coincidimos en algún momento con él. Así que acudí a Eligia Rodríguez, profesora de nuestra Facultad, compañera veterinaria y amiga de ambos. Juntas localizamos a Susana Astiz y a Natividad Pérez que se sumaron inmediatamente al proyecto de recuperar las Jornadas de Medicina de Rumiantes in Memoriam Marco Suárez Marín.Tras ellas dos han acudido a la llamada más compañeras y compañeros veterinarios de la península que Marco consideraba de su familia.

Desde el primer momento nos propusimos que las jornadas siguieran siendo gratuitas. Serían unas jornadas a celebrar bienalmente para estudiantes de últimos cursos del Grado de Veterinaria, veterinarias y veterinarios de rumiantes, así como para ganaderas y ganaderos de rumiantes. Entre las cuatro, logramos reunir los fondos, las instalaciones y los medios para traerlas de vuelta. Los días 27 y 28 de septiembre de 2017 vieron la luz las III Jornadas de Medicina de Rumiantes de Canarias de la U.L.P.G.C. in Memoriam Marco Suárez Marín que esperamos hayan regresado para quedarse definitivamente.

¡Prometemos estarte agradeci@s Marco Suárez Marín!

Raquel Betancor Reula